Las enzimas digestivas

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Lo que estás a punto de leer te convertirá en el mejor de los mejores … ¡por dentro!

Si perteneces al grupo de hombres que buscan un aspecto físico impecable, es importante tener mucho cuidado, o podrías sufrir una decepción.

¿Eres el tipo de persona que está limpiando continuamente el coche, pero que no puede recordar la última vez que lo llevó a revisión? Puede, entonces, que seas el dueño del coche más flamante… e inservible del barrio.

Lo mismo puede ocurrir con tu organismo. Ahora es el momento de revisar tu propio cuerpo y hacer algo respecto al buen funcionamiento de sus órganos internos, independientemente del aspecto exterior que luzca.

Es posible que sepas poco sobre las enzimas de los alimentos. Las enzimas son tan importantes para nosotros como el agua que bebemos y el oxígeno que respiramos.

Son los catalizadores que ayudan al metabolismo a funcionar correctamente.

Piensa que, cada minuto, se llevan a cabo en nuestro cuerpo unos 30 millones de actividades bioquímicas. Sin las enzimas, el hígado, el páncreas, el bazo y los riñones no serían las increíbles máquinas de limpieza que son.

Y sin su capacidad para limpiar, nos ahogaríamos literalmente en nuestras toxinas.

En cada fase, en todo momento, el cuerpo se haya en proceso de constante desarrollo, mantenimiento o reparación.

Las enzimas son el interruptor que activa todas las funciones que tienen lugar en nuestro organismo. La cantidad y calidad de las enzimas que tenemos determinan si envejecemos tardía o prematuramente, o si podemos combatir las enfermedades y la degeneración. Incluso nuestra vida sexual y nuestro rendimiento en la cama se ven afectados.

Por desgracia, hay un engaño que surge cuando se tiene un gran cuerpo: nuestra apariencia física nos hace pensar que gozamos de buena salud.

Las enzimas vivas

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Cuando nacemos, lo hacemos con una engrosada «cuenta corriente» de enzimas vivas. Cada una de ellas es necesaria, porque no existe una sola célula del cuerpo que pueda funcionar sin su ayuda.

Pero, al contrario de lo que sucede con los glóbulos blancos, que se regeneran para combatir los problemas provocados por la aparición de radicales libres, el cuerpo no puede fabricar enzimas por sí mismo.

Por lo tanto, a medida que pasan los años, las enzimas se pierden, provocando así la aparición de enfermedades consecuencia de la debilitación del sistema inmunológico.

Lo que comemos puede eliminar enzimas o, por el contrario, aumentar su cantidad. Las cadenas de comida rápida, las comidas de microondas o los alimentos procesados son propios de una alimentación pobre y afectan al sistema digestivo.

Con ello, comer alimentos crudos como frutas y verduras, y algunos frutos secos (que contienen enzimas vivas) es casi la única manera que tenemos de engrosar nuestras existencias de enzimas.

Aquí tienes la razón: cuando comemos alimentos cocinados de forma primaria, ya sea en casa o en un restaurante, ingerimos alimentos «muertos»; básicamente, todas las enzimas vivas que contenían, han muerto con el proceso de cocción o elaboración (ya que no pueden sobrevivir si se las somete a una temperatura igual o superior a 50 grados).

Cuantos más alimentos de este tipo consumamos, más enzimas vivas necesitaremos para digerirlos.

Esto no sólo disminuye nuestras existencias de enzimas, sino que debilita parcialmente nuestros órganos vitales y nuestro sistema inmunológico en cada comida inadecuada que hacemos.

Las investigaciones realizadas por los pioneros en el tema de las enzimas demuestran que existe un vínculo entre las enzimas y el envejecimiento, así como entre las enzimas y las enfermedades relacionadas con la calidad de la digestión.

En consecuencia, cuanto más pobre es la dieta que seguimos, más enzimas necesitamos
para hacer correctamente la digestión, perdiendo así una cantidad necesaria importante, proveniente de otras partes del cuerpo.

De hecho, se pierde enzimas con la digestión de una comida poco adecuada que con una sesión de pesas o abdominales.

Las personas aparentemente preocupadas por su aspecto físico externo y conscientes
de su salud suelen pasar por alto este detalle. Creen que con el ejercicio y los suplementos tienen bastante, y no saben que llevar una dieta adecuada es imperativo.

Otros piensan directamente que hacer ejercicio les autoriza a comer cualquier cosa y de cualquier manera.

Como ingerir las enzimas

planificar dieta

La buena noticia es que estar sano por dentro es tan fácil como comer alimentos «amigos» de las enzimas. Esto no significa que debes estar comiendo apio y zanahoria durante
el resto de tus días.

Si adquieres un hábito alimenticio adecuado que produzca enzimas y mantienes una rutina de ejercicio o de entrenamiento de peso con los suplementos adecuados, serás el ejemplo de la salud exterior e interior.

Aquí tienes algunas maneras de aumentar tus existencias de enzimas.

Toma fruta fresca

Ninguna otra comida te ofrece tantas vitaminas, minerales, nutrientes y enzimas vivas.

Para obtener el máximo de enzimas y nutrientes de la fruta, toma una buena ración a primera hora de la mañana, con el estómago vacío y espera al menos media hora para digerirlos, antes de tomar los cereales o el pan integral.

Toma vegetales frescos

Al igual que la fruta, los vegetales contienen diferentes enzimas con diferentes propiedades.

Haz de las ensaladas un hábito diario. Si no eres un tan de las verduras crudas, cuécelas al vapor durante sólo un minuto (eliminarás su dureza sin destruir a las enzimas vivas).

Hazte zumos naturales de frutas y vegetales.

Las frutas y los vegetales en forma de zumo permiten que tu cuerpo absorba más rápidamente las enzimas esenciales y los nutrientes.

Tomar zumos también te proporciona
una mayor flexibilidad para que incluyas ciertos alimentos que no tomarías de otro modo

Suplementos de enzimas

No debes confundir estos suplementos con las raciones diarias adecuadas de fruta y verdura fresca. Nunca hay nada como lo auténtico.

Por otro lado, ten cuidado con los suplementos que adquieres, y asegúrate de que provienen de alimentos frescos, crudos y no procesados.

Sigue todos estos pasos

Es bueno que sigas todas las pautas que te hemos marcado, pero debes asegurarte de que existe un equilibrio adecuado entre ellas.

Yo, por ejemplo, tomo más frutas que verduras, con lo que añado a mi dieta un suplemento de enzimas vegetales para cerciorarme de que ingiero una proporción correcta de enzimas.

También empecé a tomar zumos de verduras, y ahora bebo varias raciones de 20 el durante todo el día.

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