Consejos para cocinar el pollo y hacerlo más jugoso

Consejos para cocinar el pollo

Por definición, entrenar para conseguir unos músculos más grandes y más fuertes, supone un trabajo duro. Para llegar a recorrer el escabroso camino del desarrollo, nuestros músculos necesitan toda clase de ayudas. Una manera de acelerar el progreso es consumir la cantidad adecuada del alimento idóneo en el momento preciso.

Uno de estos alimentos idóneos es la pechuga de pollo. Cargada de proteína y de otros nutrientes, esta maravillosa carne blanca es conveniente, versátil y baja en contenido graso.

No es sorprendente que se haya convertido en el alimento más usual entre los culturistas y los atletas. Pero día tras día de pechuga de pollo a la plancha puede hacer que hasta el pesista más fanático acabe cansándose de las pechugas.

Para honrar a este clásico elemento de la alimentación culturista, vamos a convenceros de que la pechuga de pollo puede convertirse en el centro de una dieta sana y a la vez en un plato sabroso.

Pollo, alimento para el músculo

Al contener más proteína en relación a la grasa que cualquier otra parte del pollo, la pechuga es una fuente ideal de proteína magra. Y su calidad se pone a la par de la correspondiente a los huevos, lo que significa que tiene fácil absorción.

Una pechuga de pollo de 200 gramos de peso contiene 48 gramos de proteína, 225 calorías, 0 carbohidratos y poco más de 2 gramos de grasa, aparte de otros nutrientes favorables para el atleta de fuerza.

Niacina: Esencial para la conversión de proteína, grasa y carbohidrato en energía útil. Una sola pechuga de pollo contiene más cantidad de niacina que la recomendada por el RDA.

Vitamina B6: Permite utilizar durante el ejercicio el glucógeno de los carbohidratos acumulado en los músculos.

HierroNecesario para transportar oxígeno a los músculos cuando entrenamos con alta intensidad.

SelenioRepara las células dañadas e inhibe el crecimiento de las cancerosas, ayudando a reducir el riesgo de esa enfermedad. También favorece el buen funcionamiento del tiroides, lo que acelera el metabolismo, otra buena razón para seguir consumiendo pechuga de pollo al hacer dieta.

ZincPotenciador del sistema inmunológico. Ayuda a eliminar las bacterias productoras de resfriados y potencia la producción de hormonas anabólicas.

Es importante tomar la pechuga de pollo eliminando la piel que la recubre. Si la dejáis, duplicaréis el contenido total de grasa (y es grasa saturada). Podéis preparar el pollo conservando la piel para hacer que el sabor resulte más agradable, pero a la hora de servirlo, debéis quitarla.

Sigue estos seis consejos para hacer que tus pechugas de pollo sepan realmente bien.

Consejo 1: Comprad lo natural

Estoy convencido de que el pollo orgánico es mejor opción para los culturistas que los crecidos en granjas. Además, sabe mejor.

La mayoría de los chef están de acuerdo, y aseguran que vale la pena gastar un poco más. Los pollos industrializados están llenos de agua y como pagas por peso, en realidad compras una parte de agua. Y aunque no hay diferencias en nutrientes entre ambas clases de pollo, evitas ingerir antibióticos y hormonas cuando eliges el pollo natural.

El pollo orgánico tiene mejor sabor y no necesita añadirle condimentos. Solo le pongo un poco de sal y pimienta.

Consejo 2: Utiliza marinadas

La marinada es la mejor manera de potenciar el sabor del pollo. Las marinadas evitan que el pollo se seque y lo hacen más sabroso.

Tienes diferentes recetas de marinadas así como recetas completas basadas en el pollo en «Recetas con pollo utilizando marinadas«.

Consejo 3: Utiliza especias

¿No tienes tiempo para preparar la marinada? Prueba a frotar el pollo con una mezcla de sal, especias y plantas, puede ser todo lo que precisa para saber mejor. Un poquito de sal mezclada con comino, u orégano y ajo se convierte en una de mis especias favoritas para untarlas en el pollo.

Otros ingredientes comunes incluyen mostaza seca, chili, cilantro, paprika y pimienta de cayena, un ingrediente ácido como el limón u otro jugo cítrico puede estimular nuestro sentido del gusto para que así se necesite añadir menos sal.

Antes de untar tus especias favoritas, añade unas cuantas gotas de aceite de oliva al pollo. Hace que estas se peguen mejor a la carne.

Consejo 4: No cocinarlo demasiado

Un pollo que se cuece demasiado pierde el sabor. Para evitar ese problema, podéis utilizar un termómetro de cocina que os permita determinar el momento en que las pechugas están a punto. Las pechugas deben cocerse a una temperatura interna de 74 grados. Así aniquilamos las bacterias y mantenemos el pollo jugoso.

Deja que el pollo repose unos minutos después de haberlo cocinado. Permite que los jugos se distribuyan por toda la carne, lo que añade sabor.

Consejo 5: Probad con la salmuera

Una manera de evitar que las pechugas se sequen es meterlas en salmuera. La sal y el agua penetran dentro del pollo y lo convierten en más jugoso. La salmuera básica consiste de 1 cucharadita de sal añadida a cada vaso de agua utilizado. Y hay que usar más agua para sumergir el pollo. Al igual que la marinada, una salmuera correcta lleva una noche.

Las pechugas congeladas pueden descongelarse en la misma salmuera. Pero tened en cuenta que se cocinan antes porque el agua es conductor del calor.

No hay razón alguna para quedarse solo en la sal. Podéis añadir hierbas, especias y jugos a la salmuera para que potenciar el sabor.

Consejo 6: Envolvedlo y guardadlo

Aunque nada puede igualar el sabor de un pollo recién asado, preparar varias pechugas a la vez resulta conveniente para las personas que tienen prisa. El problema reside en qué hacer con las pechugas.

Mantener el pollo cocido en el frigorífico durante más de tres días resulta arriesgado. Podéis congelarlo, pero aunque lo metáis en un recipiente sellado al vacío pensad en que la carne no puede durar en buenas condiciones más de tres meses.

Cuando cocinéis y luego guardéis el pollo en trozos, metedlo en el frigorífico antes de dos horas. No lo pongáis dentro mientras esté caliente. Utilizad recipientes herméticos para impedir que las pechugas se sequen y pierdan así parte de sus nutrientes. Cuando vayáis a calentar las sobras en el microondas, hacedlo con calor bajo y tapad el plato; así se mantienen el jugo y el sabor. Añadir un poco de caldo o de agua resulta útil.

Poner en salmuera el resto del pollo vuelve a convertirle en jugoso.

Próximamente veremos consejos para cocinar el pollo si eres un total principiante en la cocina, así que no te preocupes si estos artículos sobrepasan tus aptitudes culinarias.

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