La comida trampa

Comida Trampa

Definirse se basa en crear un déficit de calorías. Aparte de hacer ejercicios aerobios, muchos culturistas siguen una dieta estricta cuando se acerca la competición y toman proteínas magras.

Además, muchos de esos culturistas limitan su ingestión de carbohidratos a 200 a 350 gramos diarios, dependiendo de su tamaño, metabolismo y nivel de actividad.

La baja de carbohidratos incrementa el déficit energético y ayuda a controlar la insulina, una hormona que estimula el hambre y juega un papel en la acumulación de grasa. Se sabe que los niveles bajos de insulina facilitan eliminar la grasa.

Pero el problema del recorte de calorías es que el cuerpo suele adaptarse a ese déficit quemando menos. Quebrar la dieta hipocalórica (la trampa) puede interrumpir la ralentización.

Hay otros beneficios que se derivan de la «trampa«. Las dietas muy rígidas pueden inducir un declive en los niveles de hormonas tiroideas y leptina (que afecta a la eliminación de la grasa) y también en la IGF (factor de crecimiento similar a la insulina, que favorece el desarrollo muscular). Comer más algunas veces puede llevar esos niveles a la normalidad.

Ejemplo de comida trampa

La mayor parte de los culturistas hacen unas dietas estrictas que, con la adición de aerobios, pueden crear un déficit de 3.500 a 5000 calorías por semana. Añadir una comida semanal de «trampa» (500 a 800 calorías) no afecta al proceso de la eliminación de la grasa.

De hecho hacer trampa incluso ayuda, un conocido ex-culturista (King Kamali) la realiza cada diez días y suele ser una hamburguesa doble con queso. No suele llegar a las 1000 calorías.

Siente que esa comida le aporta un descanso mental de la dieta y acelera a su vez su metabolismo. Toma además la precaución de beber mucha agua para prevenir la posible retención de fluido inducida por la sal de la comida rápida.

Otro conocido culturista, Troy Alves, la realiza solo cada 3 días aunque algo más limpia.  Le gusta tomar hamburguesas con queso, sin pan y envueltas en lechuga.

Si desea carbohidratos, se come un boniato con algo de mantequilla y azúcar moreno y siente que su cuerpo siempre tiene más tono al día siguiente.

Otro buen ejemplo, la misma foto de este artículo. Pero es una comida trampa, el resto de tus comidas deben ser limpias y de calidad y sería ideal que el día con la comida de trampa fuera un día de entrenamiento.

Mucha gente piensa que eso del día trampa es una locura que se han inventado los culturistas mediocres para no sentirse fracasados al no aguantar con una dieta estricta durante el tiempo que sea necesaria, pero se ha demostrado científicamente que los fallos en la dieta pueden resultar muy positivos para la dieta en sí.

En general, si de verdad quieres definir a tope, se recomienda realizar una comida trampa cada 5-7 días.

La tentación de la comida trampa

Si te tientan demasiado las «malas»comidas, escucha lo que dice la ciencia respecto a «hacer trampa» en la dieta.

A casi todos nos ha pasado lo mismo: llevar bien una dieta y, de repente, sentir una irresistible tentación de consumir alimentos prohibidos.

Cuando empezamos a hacer dieta, el deseo de conseguir esbeltez nos facilita decir que no a la pizza y a los helados.

Pero, de repente, el pensamiento del chocolate, las galletas, los helados, las hamburguesas y los pasteles nos hace sentir a punto de enloquecer. Y resulta difícil decir que no a cualquiera de las tentaciones antedichas.

Si esos deseos hacen que nos sintamos fracasados, tenemos buenas noticias para vosotros. La investigación demuestra que esos «fallos» pueden resultar positivos para la misma dieta.

Investigadores de la Tufts University, de Boston, descubrieron que el 95% de las personas que seguían una dieta baja en calorías experimentaban «tentaciones alimenticias» durante el estudio.

Los que perdieron más grasa al hacer dieta fueron también los que deseaban consumir alimentos nocivos más abundantes en calorías y grasa. (También sintieron esos deseos con menor frecuencia que los que perdieron menos peso).

Conclusiones del estudio

Lo primero de todo si descubrís que deseáis consumir alimentos abundantes en calorías y grasa, como hamburguesas, pizzas, pasteles, chocolate, etc, es muy probable que estéis siguiendo el camino adecuado en lo referente a perder grasa.

El segundo punto se refiere al momento de la tentación. Es obvio que el objetivo consiste en caer en ella con menos frecuencia.

Pero, ¿cómo? Una de las mejores maneras de hacer trampa pocas veces es preparar un «día de tentaciones» para consumir la comida que más nos apetezca, siempre con moderación.

Hay que reconocerlo: cuando se trata de hacer dieta, incluso los culturistas más disciplinados hacen trampa. No pasa nada siempre que limitemos esa comida trampa a una vez por semana y en cantidades moderadas.

Consumir así una comida «tentadora» ayuda a seguir la dieta, y nos hace sentir recompensados cada vez que nos la saltamos.

Consideraciones finales

Tened en cuenta que cuando intentéis perder grasa,  una comida «trampa» de vez en cuando -sin llegar a atiborrarse tampoco- puede formar parte de vuestro éxito en la dieta.

Siempre que hagáis 5 ó 6 comidas al día y controléis las cantidades de grasa y las calorías al tiempo que incrementéis la ingestión de proteína, una comida con «trampa» os resultará no sólo sabrosa sino también útil.

Quería remarcar el término COMIDA TRAMPA, que mucha gente ha cambiado por DÍA DE TRAMPA.

Siento deciros que si bien una comida grasienta y azucarada una vez a la semana va a beneficiaros, el hacerlo durante todo un día puede dar al traste con todo lo conseguido en el gimnasio durante esa semana, pero ¿quien dijo que definir fuera sencillo?… mucho ánimo!