Cuándo ir al traumatólogo y no autodiagnosticarte (mi experiencia personal)

¿Dolor lumbar, cadera u hombro? Aprende a detectar señales, cuándo pedir cita con traumatología y por qué el autodiagnóstico retrasa tu recuperación.

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Cuando ir al traumatólogo

Cuando aparece un dolor «raro», casi todos hacemos lo mismo: buscamos en Google, probamos con hielo, reposo y, si eso, una pastilla. A veces funciona; muchas otras, solo compramos tiempo y problemas.

En mi caso, empecé con dolor de espalda baja. Pensé: «será la silla, será el gimnasio, ya pasará». Por dejarlo y dejarlo, resultó ser un pinzamiento de cadera tipo CAM (FAI) que terminó en artroscopia. Lo cuento porque resume la idea central: el autodiagnóstico es barato el primer día, carísimo al final. Fortalecer glúteos y core me ha devuelto la vida (sin impacto claro), pero ojalá hubiera prestado atención a los síntomas antes: un traumatólogo me lo habría descubierto a tiempo.

Si eres del norte, estás de suerte, porque conozco al mejor traumatólogo de Bilbao. En cualquier caso y seas de donde seas, si notas una posible lesión lo sensato es pedir cita con un traumatólogo. No solo para tratar, también para prevenir: un buen diagnóstico temprano evita meses perdidos, tratamientos agresivos y recaídas. Sigue leyendo para más detalles.

Señales de alerta: dolores que no debes ignorar

Dolor lumbar que puede venir de la cadera (FAI tipo CAM)

No todo dolor lumbar nace en la columna. La cadera puede «mandar» dolor a la zona baja de la espalda cuando existe un pinzamiento femoroacetabular (FAI). Si notas rigidez al ponerte calcetines, molestia al estar mucho tiempo sentado o al girar la cadera, no etiquetes todo como «lumbalgia»: mejor que lo valore un traumatólogo. A mí, ese dolor sordo en la zona lumbar fue el primer aviso de la cadera, no de la espalda.

Chasquidos, rigidez, limitación para agacharte o girar

Cualquier combinación de chasquido profundo, sensación de «tope», pérdida de movilidad o dolor al cambiar de dirección merece revisión. Si además haces deporte con cambios de ritmo o torsiones (pádel, fútbol, cross), sube el nivel de alerta.

¿Cuánto tiempo esperar antes de pedir cita?

Regla 3-7-21:

  • 3 días de dolor agudo que no mejora con reposo relativo → llama.

  • 7 días de dolor que va y viene, te limita o te hace cojear → llama.

  • 21 días con cualquier síntoma musculoesquelético persistente → sí o sí pide cita.

Riesgos del autodiagnóstico: del “se me pasará” a quirófano

prevención traumatológica
Debes prestar atención a las señales que nos manda nuestro cuerpo y debes atenderlas adecuadamente, no importa lo ocupado/a que estés. La salud es nuestro bien más preciado.

Errores típicos (reposo eterno, automedicación, “lo vi en Google”)

El reposo absoluto prolongado debilita y retrasa la recuperación. La automedicación tapa el dolor, no la causa. Y los foros pueden confundirte: dos personas con síntomas iguales pueden tener lesiones opuestas.

Yo caí en el combo completo: reposo, antiinflamatorios, estirar «a ojo»… Resultado: llegué tarde y necesité artroscopia de cadera. Si hubiera pedido valoración al principio, el camino habría sido más corto y más barato (en tiempo, dinero y frustración).

Tu salud en juego: más dolor, artrosis precoz, baja laboral

Un FAI no tratado puede ir irritando el labrum y el cartílago; otras lesiones mal gestionadas acaban en artrosis precoz, dolores crónicos y bajas repetidas. La diferencia entre tratar a tiempo y tratar tarde no es un matiz: es otro pronóstico.

Qué hace realmente un traumatólogo (y por qué llega antes al diagnóstico)

Exploración y pruebas: RX, RM, ecografía

El traumatólogo parte de una historia clínica fina y una exploración dirigida. Según sospecha, pedirá radiografías específicas (por ejemplo, proyección Dunn para ver un CAM), resonancia para tejidos blandos o ecografía para guiar infiltraciones. No se trata de “hacer mil pruebas”, sino de las adecuadas.

Diagnósticos diferenciales: cadera, columna, rodilla

Un buen traumatólogo descarta la fuente real: ¿cadera que duele como espalda?, ¿rodilla que en realidad viene de cadera?, ¿nervio irritado? Esa mirada evita caminos equivocados. En mi caso, ese cruce espalda-cadera fue la clave: cuando te lo explican bien, todo encaja.

Plan de tratamiento escalonado

Primero se optimiza lo conservador: educación de carga, fisioterapia, programa de fuerza y, si procede, infiltraciones eco-guiadas. Si el daño estructural y los síntomas lo justifican, se valora cirugía mínimamente invasiva (como la artroscopia de cadera).

Tratamientos que funcionan: de lo conservador a la artroscopia

aconsejar adecuadamente traumatologo
También es responsabilidad de todos el aconsejar de forma adecuada a las personas que tenemos alrededor. Es un médico y concretamente un traumatólogo quien tiene que dar un diagnóstico apropiado.

Fármacos y fisioterapia

Los antiinflamatorios ajustados al caso alivian; la fisioterapia aborda movilidad, control motor y dolor. Pero el protagonista, hoy, es el ejercicio terapéutico.

Ejercicio de fuerza: glúteos y core como escudo de la cadera

Aquí hablo en primera persona: el gimnasio ha sido lo que mejor me ha ido. Fortalecer glúteo medio y mayor, aductores y core estabiliza la pelvis, reparte cargas y reduce el dolor. Ejemplos: puentes de glúteo, clam shells con banda, sentadilla parcial controlada, planchas y anti-rotaciones. Con progresión, educación postural y constancia, el cambio es enorme.

Cuándo tiene sentido la artroscopia de cadera

Cuando hay daño mecánico que no responde al tratamiento conservador, la artroscopia permite limar el CAM, reparar el labrum y mejorar el espacio articular. No es «vía rápida»; es la opción correcta en los casos correctos. Tras mi cirugía, una pauta sólida de fuerza fue la diferencia entre «operado» y «vuelvo a vivir sin miedo».

Prevención y retorno a la actividad

Esta rutina es solo un ejemplo. ¡Haz lo que te indique tu traumatólogo o especialista de la salud!.

Rutina base 2–3 días/semana (glúteo medio/mayor, core, movilidad)

  • Calentamiento: movilidad de cadera (flexión, rotación), marcha lateral con banda.

  • Fuerza: puente de glúteo (3×10–12), peso muerto rumano ligero (3×8–10), step-ups (3×8-10), plancha con toques (3×20″).

  • Enfriar: respiración y estiramientos suaves de flexores de cadera.

Yo noté que cuando bajaba la guardia con esta rutina, reaparecían las molestias. En este caso la constancia supera a la intensidad.

Señales para volver a entrenar y qué evitar

  • Volver si: caminas sin dolor, duermes bien y toleras las tareas del día.

  • Evitar al principio: posiciones profundas de flexión/rotación de cadera, impactos repetidos y «saltos» bruscos de carga.

Tabla rápida de decisión (síntoma → acción). Ej. de cadera

Síntoma principal Contexto Acción recomendada
Dolor lumbar que no cede y rigidez de cadera Sedestación prolongada, giros Cita con traumatología (descartar FAI)
Pinchazo en ingle o chasquido profundo Deporte con cambios de dirección Traumatólogía + Rx específica
Molestia leve tras entrenar Mejora en 48–72h Autocuidado + ajustar carga; si persiste → Traumatólogía
Dolor nocturno, cojera, pérdida de fuerza Progresivo, te despierta Traumatólogía prioritario

FAQs rápidas

¿Cómo sé si mi dolor lumbar viene de la cadera?

Si duele al flexionar/rotar la cadera o te cuesta ponerte calcetines, sospecha. Un traumatólogo lo confirma con exploración y radiografías específicas.

¿Voy primero al fisio o al traumatólogo?

Si hay dolor persistente, bloqueo, cojera o episodios recurrentes, empieza por traumatología. El traumatólogo marcará el diagnóstico y la pauta; fisioterapia y ejercicio son socios clave.

¿La artroscopia es inevitable en el FAI?

No siempre. Muchos casos mejoran con fuerza y control. La cirugía se valora si los síntomas limitan y la imagen confirma conflicto mecánico.

¿Qué ejercicios evito al principio con dolor de cadera?

Profundas flexiones/rotaciones (sentadilla muy baja, pivotes agresivos) e impactos. Empieza por fuerza controlada y progresiva.

Conclusión

No te autodiagnostiques: escucha los síntomas y delega el diagnóstico en quien lo hace a diario. Yo aprendí a base de golpes: aquel dolor de espalda baja era la cadera y llegué tarde por esperar.

Hoy, gracias a una valoración adecuada, una artroscopia bien indicada y un plan de fuerza (glúteos y core), estoy mejor. Si tienes dudas, hay excelentes profesionales: pide cita y gana tiempo.